“SIEMPRE CON LOS MÁS
DESFAVORECIDOS”. HOY COMO AYER 11
En la década de los años 20,
la situación de la escuela salesiana de Cádiz, fue especialmente complicada en
lo económico, en las bases de la fundación creada por Ana de Viya se
estipulaba:
- "Los niños que ingresen en el Asilo
Escuela habrán de ser pobres (...) y se preferirán a los huérfanos de Cádiz y
su provincia. En ningún caso podrán admitirse niños de pago".
- "Además de los internos habrá
también clases gratuitas para los externos (...) los cuales recibirán con cargo
a la fundación los libros y objetos necesarios para el estudio"[1].
Toda la financiación de la
escuela corría hasta entonces a cargo de donaciones de Dª Ana, a su
fallecimiento el asilo escuela subsistiría con los bienes de la fundación que
ella creó y que sería su heredera, sin embargo, como ya publiqué en esta
revista, una vez repartida la herencia, los bienes que tenía la fundación se
reducían al edificio y a títulos de deuda pública del Imperio Ruso sin ningún
valor real.
Fue entonces cuando el apoyo
de los Antiguos Alumnos y los Cooperadores hicieron posible que la casa se
mantuviese abierta sin abandonar su finalidad de atender a los más pobres y
necesitados. También la Inspectoría Salesiana, instaló en Cádiz el “aspirantado”
o seminario menor, suponiendo no solo un interesante aporte de alumnos
internos, sino también una fuente de mantenimiento económico a la Casa. El
aspirantado se mantuvo en Cádiz, hasta que se trasladó a Montilla en 1928.
D. Modesto Jiménez, entonces
Director, realizó en marzo de 1926, el primer acuerdo con el Negociado de
Fomento de la Diputación Provincial de Cádiz, presidida entonces por D. Juan
Fernández de Loaysa y Reguera y que contaba entre sus Diputados a D. José María
Pemán, para que, cada ayuntamiento de la provincia pudiese enviar a un chico
necesitado, a estudiar al asilo escuela, estos eran los términos del acuerdo:
- "Al objeto de darles educación,
instrucción, manutención, vestido, lavado de ropas, material, escolar, libros,
cuadernos, plumas, etc., etc., gastos de correo, médico, medicinas, compostura
de ropas y calzados, pagando por cada alumno 80 ptas. mensuales"
- "Este pago será hecho en dos
partes, el 50 por 100 lo paga la Excma. Diputación Provincial... y el otro 50
por 100 lo pagará cada Ayuntamiento, que haya mostrado su conformidad a esta
idea y haya designado o enviado alumno, según los oficios dirigidos a la Excma.
Diputación Provincial"[2].
La permanencia de los niños en
la escuela se podía extender incluso a los meses de vacaciones escolares.
La revista Don Bosco de junio
de 1926, incluye una reseña de este acuerdo indicando los 27 ayuntamientos que
se sumaron a la propuesta de la Diputación en un primer momento.
En noviembre de 1929 se amplió
el acuerdo con la Diputación a 200 alumnos internos, entre los 7 y los 17 años,
para la enseñanza elemental y profesional.
Los resultados de las
elecciones de 1931 y la proclamación de la II República, internos y en 1932 el
número descendió a 163, la mayor parte de ellos sostenidos por becas o casas
particulares.
Aún en los momentos más
complicados, la escuela de San Ignacio y su finalidad de atender gratuitamente
a los más desfavorecidos se mantuvieron; la capacidad de D. Modesto, para
buscar recursos donde no los había y la cooperación de particulares e
instituciones lo hicieron posible (digno es de resaltar la presencia de D. José
Mª Pemán, en este proceso, siempre fue un defensor de nuestra escuela).
Publicado en Ilumina y Guía, nº 21, Noviembre 2021.
https://aaaadbcadiz.blogspot.com/
Manuel
Holgado García, Antiguo Alumno
[1] Cfr.
ACSC, leg. 1, exp. 3, Protocolización de la partición de los bienes relictos
por la Sra. Doña Ana de Viya y Jáuregui, 23/XII/1921, págs. 12 y 13.
[2] Cfr.
ASC. 38. Cadice, Contrato que celebra la Excma. Diputación Provincial de Cádiz
con la Dirección del Colegio De Don Bosco, establecido en los extramuros de
esta Ciudad.
Comentarios
Publicar un comentario