DON GREGORIO CALAMA BARÉS, SALESIANO Y MISIONERO

 

DON GREGORIO CALAMA BARÉS, SALESIANO Y MISIONERO

D. Gregorio formó parte de la casa salesiana de Cádiz, durante 18 años, ha pasado más de una década desde su fallecimiento, aún así, su recuerdo sigue estando presente en muchas personas y grupos de su comunidad educativa.

Hay quien afirma que “nadie muere definitivamente mientras su recuerdo permanezca en la memoria de alguien”, y esta afirmación se hace realidad en el caso de D. Gregorio, su experiencia misionera marcó sus últimos años en Cádiz.

En 2009, se celebró por primera vez la gala misionera “UNA SONRISA, UNA ILUSIÓN”, en la que la música y la dramaturgia, realizada por familias, educadores y alumnos, se ponía al servicio de recolectar fondos con los que sufragar proyectos en las casas salesianas de África.

Esta gala tomó el nombre en 2014 de “Gala Don Gregorio”, en recuerdo del salesiano, celebrándose de forma anual (solo interrumpida por la pandemia) y a veces con varias sesiones, gracias a la perseverancia de D. David Clemente Sauco, profesor de la casa, que, con el apoyo de las AMPA y la colaboración de un numeroso grupo de alumnos, ha conseguido que en estos próximos días llegue a su decimoquinta edición.

D. Gregorio dejó escrito el recuerdo de sus vivencias en África, en su libro “Historias para recordar, mis memorias de África”, publicado en 2007. En esta entrada os dejo este enlace de una recopilación de las cartas que D. Gregorio envió a la asociación de Antiguos Alumnos de Cádiz, recopiladas por Cristóbal Sánchez León, "Crónica de Togo" (pulsando el vínculo, puedes ver y descargar, si lo deseas el documento).

D. Gregorio, Semana Cultural Antiguos Alumnos Cádiz, 2001.

Qué
muestran una vez más su dedicación y entrega como misionero, pero también la estrecha relación que tenía con la asociación, a pesar de la distancia. Poner en valor y dejar constancia de los textos que él enviaba desde Togo, es un objetivo de esta entrada.  Agradezco a Cristóbal el trabajo realizado y el ofrecimiento para que forme parte de la misma.

A continuación, relato una breve semblanza biográfica de D. Gregorio.

Nació en La Alberca, Salamanca, 9/5/1931 y falleció en Cádiz, en la madrugada del 28/1/2012.

Hijo de Lorenzo y Juana (persona devota y de fe profunda, que le inculcó la oración y las devociones propias de la zona (Virgen de los Dolores, Virgen de la Peña de Francia), con 5 hermanos, uno de ellos Pedro Pablo, ha sido párroco de El Cerro (Salamanca), durante más de 60 años.

Hasta 1943, su vida se desarrolla en su pueblo natal, el mismo narra sus vivencias de un niño de la época en la zona, escuela, iglesia (fue monaguillo), juegos y ayuda en las tareas domésticas. En ese periodo establece una profunda amistad con su vecino, Aurelio Rodríguez Mancebo, también salesiano y miembro como él de la Comunidad de la casa de Cádiz, en varias ocasiones.

El 3/8/1943, entra en el Aspirantado de Antequera (Málaga), finalizará este periodo formativo de 4 años en Montilla (Córdoba); realizó el Noviciado en San José del Valle (Cádiz), haciendo sus primeros votos el 16/9/1948.

Continua los estudios de Filosofía en el Santuario de Consolación en Utrera, el Trienio Practico, en la Institución Sindical Virgen del Carmen, Puerto Real y los estudios de Teología, primer año en Alcalá de Guadaira (Sevilla) y los dos siguientes en Posadas (Córdoba).

Fue ordenado sacerdote en Córdoba 23/6/1957.

Su vida profesional ha discurrido por la Universidad Laboral de Sevilla, curso 1957-58 y 1959-1966, como Director Pedagógico de varios de los siete Colegios en los que estaba organizada la Universidad y como Coordinador de todas las actividades que organizaban los mismos.

D. Gregorio, en la Universidad Laboral de Sevilla.

Estudió en Turín (Italia) en el Pontificio Ateneo Salesiano, ubicado entonces en la Crocceta, durante el curso 58-59, obteniendo la licenciatura de Teología.

Vinculado siempre al ambiente escuela, fue destinado al Colegio de la Línea de la Concepción, como encargado de estudios (consejero) 1966-71 y al que volverá como Director entre 1989 a 1995, años en que motivó y coordinó a renovación pedagógica y pastoral de esta escuela.

Pasó por Mérida, entre 1971-77, también como encargado de estudios.

Su primer directorado fue en el Colegio de San Juan Bosco de Campano 1977-83, ejerciendo también como párroco.

Entre 1983-1989, fue el director pedagógico de la etapa de la EGB (una etapa educativa que entonces tenía 1000 alumnos, 25 grupos y o, ros tantos educadores) en esos años fue responsable de los grupos de catequesis de primera comunión, coordinando un nutrido grupo de catequistas y de las capellanías del Rebaño de María y de las Hermanas del Amor de Dios.

Con más de 60 años, marcho misionero a Cinkassé (Togo, África), tras un cursillo de preparación en Roma, permaneció allí entre 1995-1999, volviendo a España por razones de salud, estos 4 años marcaron profundamente su vida, dejó escritas estas vivencias en el libro “Historias para recordar, mis memorias de África”. Volverá de visita a Togo, entre el 30/10 y el 15/11, para asistir a la ordenación sacerdotal de un antiguo alumno de Foyer: Labbé Pascal, que fue ordenado junto a otros 50 nuevos sacerdotes, así recuerda esa visita

“¡Qué de recuerdos! Una gran impresión. Las escuelas de los poblados aún seguían llenas de niños. Y allí en cada una de ella estaba el crucifijo y las imágenes de Don Bosco y de Mª Auxiliadora con las que yo las había dotado. ¡Qué gran premio me ha concedido Dios con esta visita!

Destinado de nuevo a Campano, solo permanecerá allí el curso 1999-2000 para volver a Cádiz, en su última etapa salesiana, en ella se mantuvo activo en su labor pastoral, como asesor espiritual de diversos grupos y asociaciones de la Casa, de los Antiguos Alumnos, de la ADMA, de Hogares Don Bosco, de los AAAA de San Fernando (a los que se sentía estrechamente unido por su experiencia en la Institución Sindical de Puerto Real, durante su trienio práctico)

En los 18 años que estuvo en Cádiz, su labor educativa y pastoral generó una estrecha y afectiva relación con los chicos de la Casa, con sus familias, con las asociaciones y grupos, siendo una persona muy querida.

D. Gregorio, bendición del busto de Santo Domingo Savio, Cádiz, 2007

Sus antiguos alumnos lo recuerdan, como una persona afable y a la vez exigente, uno de ellos, José Luis Perales,  que estudió Maestría Industrial en la Universidad Laboral de Sevilla y donde en 1967, ganó el primer premio como solista en el festival de la Canción de dicha universidad, lo introdujo en una de las letras de sus canciones veinte años más tarde (1987) en su álbum “Sueño de Libertad”

“Amigo

Tu llamada de hoy

Me ha regresado

A las calles estrechas de Sevilla

A un campo de deportes

Al aula y la capilla

Y al pobre don Gregorio

Que aún se empeña en vivir…”

Enorgullecía esto a D. Gregorio, pero, también decía, “¿cómo que me empeño en vivir?”

Preguntar por él a quienes lo conocieron y compartieron su tiempo en la casa, permite conocer aspectos de su forma de ser y actuar, transcribo a continuación, sin filtro, los testimonios de dos educadores de Cádiz.

“En la casa de Cádiz, veíamos a Don Gregorio como un don Bosco entre nosotros, siempre en el patio en los alumnos, mostraba la cara, más carismática que tenía como salesiano, con su enseñanza, con sus bromas…”

“…Lo recuerdo también con el atuendo togolés, dando los buenos días a toda la Primaria y a toda la Infantil, disfrutaba contando a los niños, a los alumnos, la realidad que él había vivido en Cinkassé, en Togo..”

“…D. Gregorio nos dejó en víspera de la fiesta de nuestro padre fundador Don Bosco el día antes pues había dado los buenos días en el ciclo de secundaria y de FP fue nuestro Don Bosco lo dio todo hasta el último momento hasta el momento en que su corazón no pudo más y dejó de latir…”

“Lo veía como una persona entrañable, cercana a los jóvenes, ahí lo sentí como un padre, como un padre de todos nosotros, un salesiano con mayúscula, que sabía estar en los buenos y en los malos momentos…”

“No solo llegaba a los mayores, llegaba también a los niños, su conocías en infantil que tanto marcaba los pequeños, como cantaban ellos “a la paredé,  la paredé”, en vez de a la “alabaré, alabaré..”  y él se sonreía, le encantaba que se equivocaran y que esa canción la asociasen a su persona…”

Cesar Sánchez, antiguo alumno de su época en la Institución Virgen del Carmen, afirma:

 “A veces de carácter, a primera vista, desabrido, pero después en el trato era amable, respetuoso, tolerante, dialogante, afable, comprensivo, entregado, honesto, sabia escuchar; y era amigo de todos”

“Fue un buen salmantino, buen gaditano, tierras a las que amaba; y un salesiano excepcional y auténtico, con una fe y vocación a toda prueba.”

D. Gregorio, arriba, derecha, con D. Aurelio Rodríguez Mancebo (salesiano, paisano suyo, amigo desde la infancia).

Cuidadoso y promotor de vocaciones salesianas, Cesar L. Caro, afirma:

“Recuerdo los "encuentros formativos semanales": me sentaba frente a él en la mesa de su despacho y al principio no lo veía, bajito tras una montaña de papeles; cuando quitaba obstáculos tratábamos los temas y despachábamos asuntos del cole, de la pastoral, nunca me puso pegas, confiaba en mis iniciativas a pesar de ser completamente novato. Mi director como una roca, fiel, ahí, inquebrantable, sin fallar”

Don Gregorio: salesiano, misionero, cercano, trabajador incansable, ha dejado una profunda huella en Cádiz.

FUENTES:

En recuerdo de Gregorio Calama Barés, carta mortuoria, Cádiz, 2012. ACSC.

SANCHEZ NORATO, C.; rescatado de https://www.diariodecadiz.es/cadiz/Fallece-Gregorio-Calama-director-Salesianos_0_556144585.html

2023.12.27             18:46

CARO, C.l.; rescatado de https://www.religiondigital.org/diario_de_un_cura_de_pueblo/hombre-enseno-conducir_7_1325637425.html

 

2023.12.27             18:51


Comentarios

  1. Se te ha "olvidado" decir que ese alumno que le nombra en la canción es, ni más ni menos, que José Luis Perales.
    Por otro lado, recuerdo cuando llamé a la puerta del colegio, un domingo de verano de 2004, preguntando por él. Cuando bajó y me vio, me dijo una de esas frases "imperdibles": "Cuando alguien me llama un domingo por la tarde, solo puede ser para traer malas noticias, o buenas noticias", En este caso, era una buena noticia: reservar la iglesia del colegio (aún no era santuario) para mi boda, en octubre de ese año.

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