“UN PROYECTO DE AMPLIACIÓN TRUNCADO POR LA EXPLOSIÓN DE 1947”, HOY
COMO AYER Nº14.
En el mes de enero de este 2022,
hemos podido ver como se culminaba la primera fase de la remodelación de los
espacios de la Formación Profesional de las Escuelas Salesianas de Cádiz, me
parece interesante analizar otra reforma realizada a fines de los años 40, que
plantea algunos paralelismos muy interesantes.
En febrero de 1947 el arquitecto
gaditano Antonio Sánchez Estévez presentó un proyecto de reforma distributiva y
ampliación de espacios del edificio principal de las escuelas salesianas de
Cádiz, la escuela había terminado de construirse en 1912, con la ampliación del
patio grande o de los arbolitos.
La necesidad de esta reforma se
fundamentaba en dos razones:
1.- El edificio resultaba
entonces insuficiente para atender el elevado y creciente número de alumnos
internos.
2.- El deterioro de las
estructuras sostenidas del edificio.
En relación con la primera, en el
año 1945, se había creado además el taller de mecánica y en el curso 47-48,
estas enseñanzas se habían ampliado con una sección de electrotecnia, esta
especialidad había crecido considerablemente en número de aprendices en estos
cursos de inicio, para ubicar el nuevo taller se utilizó el salón-teatro (en
las visitas inspectoriales de esos años se insiste en la necesidad contar de
nuevo con ese espacio educativo.
En este momento además la escuela,
acogía el Aspirantado de Coadjutores de la Inspectoría Salesiana, aumentando el
número de internos, en 1948 eran 250.
En relación con el deterioro
estructural, el informe analiza que los elementos sostenidos: vigas de hierro
de doble T, con una sección insuficiente y bovedillas de ladrillo tosco las
vigas, afirma, (es interesante hacer notar que el edificio de 1904, utilizó
este sistema de soporte de cubiertas, siendo muy novedoso en aquel momento y en
la ciudad). En 1947, la mayor parte de vigas estaban muy oxidadas, amenazando
ruina, incluso algunas cubiertas habían sido ya sustituidas.
Con este proyecto se pretendía:
Ampliar la capilla, vaciando los
arcos y creando unas naves laterales, con la anexión de las galerías de los
patios de Santo Domingo y del Sagrado Corazón adyacentes, se volvería a abrir
el pasillo de comunicación entre estos patios evitando la salida al vestíbulo,
y que entonces y hoy formaban parte de una pequeña nave transversal a los pies
de la iglesia.
En la planta baja se ampliarían
los espacios de los talleres.
También se reformarían las
cubiertas de las galerías del patio grande o de los árboles, ensanchándolas, y
creando un espacio cubierto para el recreo del alumnado en días de lluvia.
Se reubicarían en la planta
primera los talleres de sastrería y zapatería además de 6 aulas.
Se edificaría una nueva segunda
planta, que abarcaría todo el edificio, salvo las galerías, que serían
terrazas, y donde se ubicarían 8 dormitorios de diferentes tamaños además de los
dormitorios de la comunidad salesiana y una amplia enfermería.
Además de la creación de nuevos
espacios para servicios higiénicos y sanitarios, se ampliarían las escaleras
existentes a la nueva planta y se construiría una nueva escalera junto a la
cocina.
Todo ello supondría una inversión
de 1.882.737,83 pts. de la época, haciendo una
traslación de su valor adquisitivo al año 2000 serían unos 105 millones de
pesetas.
La explosión del 18/8/1947, truncó
el ambicioso proyecto, reduciéndolo y modificándolo considerablemente; por otra
parte, el impacto de la onda expansiva sobre un edificio necesitado de
importantes obras de mantenimiento, fue brutal como puede verse en la situación
que quedaron las cubiertas de las galerías de la primera planta.
Las reparaciones urgentes fueron realizadas
por la Comisaría de Reconstrucción y la primera fase de reconstrucción de los
destrozos producidos por la tragedia, fue obra de la Comisión Pro-Damnificados
con la dirección del arquitecto D. Francisco López Rubio alcanzó un coste de
554.079,47 pts.; en una segunda fase, fue la Dirección General de Regiones
Devastadas que presupuestó 500.000 pts., y que resultaban a todas luces
insuficientes, dejando algunas necesidades estructuras y varias de las
propuestas iniciales sin cubrir.
Así la proyectada segunda planta,
quedó incompleta, construyéndose solo 1200 m2 de los 2960 m2 inicialmente
proyectados (algo más del 40%), esta ampliación fue derribada con la nueva
reforma realizada en el edificio de 1981, solo queda el castillete que corona
la fachada principal, donde se ubica el reloj y el azulejo de María
Auxiliadora, a cuyos pies aparecen las iniciales DGRD (Dirección General de
Regiones Devastadas).
También se construyeron las
escaleras del patio Domingo Savio, y se amplió el tramo de la del patio del
Sagrado Corazón (hoy de D. Bosco) ambas hasta esa segunda planta, no así el
nuevo tramo de la señorial escalera de mármol, que aún perdura en su estado
original.
Si se realizó sin embargo la
ampliación de la iglesia con las galerías de los patios, convertidas en naves
laterales, sin embargo, la conexión de ambos patios por el pasillo a los pies
de la misma, nunca se realizará.
Si el proyecto de reforma de
1947, surgió por dos razones: el deterioro del edificio y la necesidad de
adecuarse a las demandas educativas de más alumnos y la ampliación de la oferta
educativa, el proceso iniciado de remodelación de los actuales edificios de
Formación Profesional, se plantea sobre las mismas premisas y necesidades.
Manuel
Holgado García, Antiguo Alumno.
Publicado en Ilumina y Guía, nº24, febrero -
marzo 2022.
https://aaaadbcadiz.blogspot.com/2022/03/ilumina-y-guia-n-24-febrero-y-marzo.html
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