LA OBRA ARTÍSTICA DE MARÍA EUGENIA CORTÉS NISA EN EL SANTUARIO DE MARÍA AUXILIADORA CORONADA DE LA ESCUELA SALESIANA DE CÁDIZ

 

LA OBRA ARTÍSTICA DE MARÍA EUGENIA CORTÉS NISA EN EL SANTUARIO DE MARÍA AUXILIADORA CORONADA DE LA ESCUELA SALESIANA DE CÁDIZ


MARÍA EUGENIA CORTÉS NISA (5/6/1958, BIENVENIDA, BADAJOZ)

María Eugenia, de origen extremeño, es Diplomada en Profesorado de Educación General Básica, especialidad Lengua Española e Idiomas Modernos por la Universidad de Sevilla en 1980.



Por motivos laborares recala en Cádiz, a inicios de la década de los 80, impartiendo clases de EGB en el colegio Argantonio,

Su interés por la creación artística le llevará a cursar, no sin grandes dificultades, con desplazamientos diarios en tren a la ciudad hispalense, durante los  cursos que duró su Licenciatura en Bellas Artes, en la facultad de Santa Isabel de Hungría de la Universidad de Sevilla, en la especialidad de Pintura que finalizó en 1991.

En el primer trimestre de 1992 se incorporó al equipo educativo de la escuela de San Ignacio en la que durante más de 30 años ha personalizado las enseñanzas artísticas hasta hoy 5 de junio de 2023.

En estas tres décadas ha impartido las materias de Dibujo en 1º de BUP, Dibujo Técnico en COU, Expresión Plástica y Visual en 1º, 2º y 4ª de ESO y Música en 1º y 2º de ESO, a lo largo de tan dilatada trayectoria docente, ha sabido adaptarse a los cambios legislativos, metodológicos y técnicos, batallando con la plataforma educativa QE y las exigencias del Sistema de Gestión de la Calidad.

Aportando siempre su capacidad creativa, motivadora y artística a los alumnos,  durante varios cursos en los años 90, dirigió el taller de pintura para los alumnos de BUP, en las tardes de los lunes, una vez finalizadas las clases lectivas; son inolvidables los concursos de pintura rápida mural en el patio de Domingo Savio por grupo/aula en la fiesta de D. Bosco, los concursos de tiras de comics, carteles de cine, dibujo, tarjetas de Navidad, que como actividades complementarias ha realizado a lo largo de todos los cursos escolares, algunas de las obras premiadas en esos certámenes se han publicado en los 7 números de la revista cultural “Palabras al Viento” entre los años 2015 y 2022.

CREACIÓN ARTÍSTICA:

Con motivo del Centenario de la Casa Salesiana de Cádiz 1904-2004, María Eugenia realizó el logotipo del mismo, que posteriormente será reproducido en llaveros, pins y documentación relativa al evento, en el logo, se muestran los elementos significativos de la Escuela, los contornos de la fachada de edificio primigenio y del monumento a Don Bosco, con los colores azul y rosa de la Virgen Auxiliadora.

Importante es su aportación al programa iconográfico de la Iglesia Santuario de María Auxiliadora, en la doble vertiente creativa y restauradora.


En 2004, con motivo del centenario de la escuela, donó una pintura al óleo, sobre lienzo rectangular de 80 x105 cm, que sustituyó un cartel monocromo fotocopiado en tamaño A3, de la Beata Laura Vicuña, presentar a jóvenes alumnos como ejemplos de santidad es un recurso educativo en la pedagogía salesiana justifica la presencia de esta imagen en la iglesia.

Laura del Carmen Vicuña Pino (Santiago, Chile, 5/4/1890-Junín de los Andes, Argentina, 22/1/1904), fue alumna interna de la escuela “María Auxiliadora” de Junín de los Andes, donde según las hermanas Hijas de María Auxiliadora, sobresalía en su devoción, caridad y cumplimiento de sus deberes, falleció muy joven, ofreciendo su vida por la conversión y rectitud de vida de su madre, es considerada como mártir protectora de la familia, fue declarara Beata el 3/12/1988 por Juan Pablo II, dentro de las celebraciones del rio de la muerte de Don Bosco.

La pintura se encuentra ubicada en la 2ª arcada de la nave lateral del lado del Evangelio, una obra cargada de elementos simbólicos. 

Son tres las escenas no contemporáneas que se presentan en la obra, en una composición de gran simetría. 

La escena principal se sitúa dentro de un triángulo en cuyo centro y de frente está la figura de la Beata adolescente, vestida de blanco, con una cinta azul al cuello de la que cuelga una medalla, su cabeza ligeramente inclinada a izquierda y con una expresión reposada y seria, coge de los hombros a dos compañeras, representadas en perfil oblicuo, convergente hacia Laura, con sus manos entrelazas y expresión sonriente, cerrando otra línea compositiva horizontal, en este caso triangular. La figura principal y la de la izquierda, se apoyan con fijeza en el suelo, mientras la chica de la derecha, deja el pie trasero solo ligeramente apoyado, dotando de cierta movilidad del grupo. 

En el centro de las chicas (para las que utilizó de modelos a alumnas de la escuela de eso momento) hay una colorista flor que brota de un tallo de madera seco, haciendo referencia a la pureza, otros tallos permanecen secos alrededor; la escena aparece sobre un minúsculo jardín con hierba verde, rodeado de pequeñas piedras verticales y de machas marrones simulando caminos.

A la izquierda, sobre un paisaje, aparece la imagen una casa de la Hijas de María Auxiliadora, con dos hermanas a la puerta, la arquitectura de la casa, de dos edificios de planta baja y 1ª, es representada con la académica perspectiva lineal, ubicando el imaginario punto de fuga en el pecho de la figura de la beata uniendo esta escena con la figura principal.

A la derecha, en la lejanía un hombre a caballo, representando sin duda al terrateniente explotador y cacique Manuel Mora (1860-1908), dueño de la finca en la que la madre de Laura vivía y trabajaba, que también es representada a pie llevando de su mano a su hija Laura.

Tanto las figuras de las Hijas de María Auxiliadora, como la de la escena derecha, aparecen ligeramente esbozadas. 

Las tres escenas de obra quedan enmarcadas por árboles, uno en primer plano, a la derecha, donde prevalece el tronco arbóreo sobre el verde (en una rama llama la atención un pajarillo multicolor como si observase la escena) y otros sobre la casa salesiana, configurado por multitud de tonos verdes. Al fondo sobre la línea del horizonte, una gran mancha anaranjada, sirve como nimbo dorado a la Beata) que se va degradando hasta fundirse con el azul celeste.

La pintura para Cortés Nisa (así firma sus obras) es sobre todo color, un color que sugiere emociones, cargado de emotividad, más allá del dibujo, cuya técnica domina a la perfección, las manchas conseguidas unas veces a base de pinceladas sueltas y otras de una técnica detallista casi propia de la miniatura, consiguen transmitir la potencia sugestiva del color, liberándose las formas y los límites excesivamente definidos. El color para Eugenia, es un agente emocional de primer orden. La luminosidad de los colores, claros, cálidos de esta obra, contrasta con otras pinturas de la autora de tonos más fríos y emotividad menos optimistas. 

Las tres escenas se funden en una composición unitaria, en las que el simbolismo de los valores de Laura Vicuña (fe, caridad fraterna, responsabilidad y compromiso) se relacionan con la labor educativa integral y trascendente de las escuelas salesianas frente a la irreligiosidad y el materialismo.

En 2018, Eugenia, policromó las imágenes del Belén de la Escuela, sobre figuras de producción industrial realizadas en marmolina pulida, un conjunto formado por el Misterio y ángel, los tres Reyes Magos y un pastor con su oveja. 




En esta labor realizada de forma detallista y minuciosa, sobresalen los tonos logrados en los encarnados de las figuras (especialmente en el rostro de María) y el tratamiento de los ropajes, en los que los colores cálidos aplicados a los ropajes quedan enriquecidos con los dorados (especialmente en el Ángel y el Rey Melchor). 




LABOR RESTAURADORA:

El golpe de un balón desde el patio, rompió dos de los pequeños cristales de la vidriera situada en 1981 en el hueco abierto; sobre el muro frontal en el lado del evangelio, del enmarque que, con motivos eucarísticos (racimos y espigas), rodean de forma repetitiva la vidriera, Eugenia realizó los dos nuevos cristales, siguiendo la técnica del falso vitral, pintando sobre el vidrio y separando las manchas de color materiales semejantes a originales.

En la reforma de la iglesia tras la explosión de 1947, se colocaron en el interior de los pilares alrededor de las naves laterales y la nave trasera, las 14 estaciones del Vía Crucis, realizadas en pasta de escayola, mediante la técnica del vaciado, de una sola pieza, con marco rectangular dorado en tres de sus lados y trilobulada en la parte superior, las figuras imitan con su cromatismo blanco otro material de mayor valor, sobre azul.

Estas obras estaban en muy mal estado de conservación, con abundantes grietas, perdida de materiales en los marcos y en las escenas de bajorrelieves.



Eugenia, realizó a lo largo de los cursos 17-18 y 18-19 un laborioso y profundo proceso de restauración, reponiendo los materiales perdidos, tapando las grietas y re policromando y dorando todas las estaciones.




La labor artística de Eugenia Cortés Nisa, realizada de forma siempre de formar generosa y desinteresada, forma parte patrimonio pictórico y del programa iconográfico de la iglesia Santuario de María Auxiliadora, siguiendo la estela de otros maestros artesanos y de artes de la Escuela.

 

Copyright M.H.G. 2023.06.05

 


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