INTERVENCIÓN DEL RECTOR MAYOR D. PASCUAL CHÁVEZ, EN CÁDIZ, 6 Y 7/5/2004

 

INTERVENCIÓN DEL RECTOR MAYOR D. PASCUAL CHÁVEZ, EN CÁDIZ, 6 Y 7/5/2004 

D. Pascual Chávez Villanueva, visitó en dos ocasiones la casa salesiana de Cádiz, la primera con motivo del inicio de los actos del centenario de la misma, en esta visita dio las “buenas noches” tras el pregón inaugural, el 6/5/2004 y al día siguiente se dirigió a los educadores con una charla plena de espiritualidad, salesianidad y pedagogía. Han pasado más de 20 años de esos momentos, creo que puede ser interesante, que sus palabras (los textos forman parte de mi archivo personal) queden negro sobre blanco, en este blog sobre historia de nuestra Casa. 

D. Pascual Chávez, firmando en el Libro de Oro de la Casa, 2004.05.06; ACSC.

Os transcribo a continuación ambas intervenciones, hace unos días conversaba con la Pregonera del Centenario, la exalcaldesa de Cádiz Dª Teófila Martínez, y me manifestó como la impresionó la hondura y el carisma de D. Pascual, Rector Mayor entre 2002-14 y IX sucesor de D. Bosco. 

INTERVENCIÓN DEL RECTOR MAYOR, EN SU ENCUENTRO CON LOS EDUCADORES DEL COLEGIO SALESIANO “SAN IGNACIO”, CÁDIZ; A 7 DE MAYO DE 2004. 

Imagino que hace años -no sé cuándo todavía - la mayor parte de los profesores en nuestros colegios serían todos salesianos o hijas de María Auxiliadora; vivíamos en una situación inversamente proporcional: eran pocos chicos y muchísimos salesianos o salesianas. Hoy estamos asistiendo a una situación completamente diversa: nuestras obras se vuelven numéricamente más grandes, más complejas; el número de salesianos o de hijas de María Auxiliadora se reduce; lo cual significa que hoy, queridos profesores y maestras seglares, sois vosotros los que lleváis en gran medida el peso de las obras. Por tanto, en nombre de Don Bosco, mi primera palabra es de agradecimiento y al mismo tiempo de exhortación al deciros que lo que estáis haciendo es un bellísimo trabajo. 

Cádiz -imagino que también toda la parte de campano y toda la inspectoría de Mª Auxiliadora- ha sido conocida en la congregación salesiana por realizar una obra educativo-pastoral de mucha calidad; que se puede constatar en primer lugar en el alto número de antiguos alumnos que están realmente asociados y que colaboran firmemente. Ayer venía, por ejemplo, un grupo de San Fernando donde no hay obra salesiana; y donde a pesar de ello los antiguos alumnos están asociados, tienen sentido de identidad y de pertenencia muy firme. Y esto no se explicaría si no fuera por el tipo de experiencia vivida a lo largo del paso de los años en cualquiera de nuestras obras educativas. Sé que por ejemplo, es el lugar donde tenemos el mayor número de animadores y al mismo tiempo con una gran capacidad para realizar este trabajo de animación de los grupos juveniles. Están los hogares Don Bosco y en fin todo el conjunto de la familia salesiana. 

Yo os exhorto a continuar, porque lo que está en juego no solamente es la buena realización del trabajo educativo-pastoral; no es solamente el buen nombre que le podemos dar a las obras de los salesianos o de las hijas de María Auxiliadora; sino lo que está en juego es el futuro de Europa. Europa necesitará, cada vez más, hombres y mujeres que tengan una formación humana, una formación religiosa de muchísima calidad. 

D. Pascual Chávez, dirigiéndose a los educadores, 2004.05.07; ACSC.

Yo creo que, nunca como ahora, la educación se ha vuelto difícil; vosotros los sabéis mejor que yo. ¿Por qué es tan difícil hoy? Pues porque estamos viviendo en una sociedad muy fracturada; el modelo social con el que estábamos operando hace treinta años -sin ir muy lejos- era un modelo social muy monolítico; que se podía expresar diciendo que la familia era el lugar donde se comunicaban los valores básicos que ayudaban a la madurez de una persona. La escuela, en el fondo, no hacía otra cosa que desarrollar estos valores, cultivarlos. 

Siendo clérigo fui destinado a una obra de la inspectoría de Guadalajara donde en ese momento teníamos a la gente más rica de la ciudad. Había comenzado como una escuelita adjunta a un centro educativo para preparar profesores. Esa escuela nació en parte para poder realizar nuestras prácticas y después se ha convertido en un gran colegio. Es decir, nunca fue nuestra intención crear un colegio de élite, pero al final resultó así. Me mandaron a ese colegio, donde había gente sumamente rica, donde los chicos podrían pasar el fin de semana esquiando en Colorado..., en California... y venir en el verano o en la semana Santa a Europa; y recuerdo a los papás que decían: "Le entrego a mi hijo con todo, así que si tiene que zurrarle no dude en hacerlo". Hoy sería impensable no solamente tocarlo; hoy sería impensable que se sintiera verbalmente agredido o presionando. Entonces, decir que hoy la escuela es la que desarrolla lo valores que vienen de la familia resulta cada vez más complicado. 

Hoy nos vemos  con dos grandes parámetros que condicionan mucho la obra Educativa: El primero es la carga de conocimientos que hay que transmitir, que a veces hace que todos los programas educativos queden sacrificados a la parte estrictamente académica, la escolástica;  y después la disciplina, que seguro que es más difícil porque hoy los chicos viven en una situación de orfandad de autoridad; hoy los padres no se atreven a ser padres y, apenas comienza la adolescencia, empiezan a dejar hacer pensando que es la mejor forma de actuar; además porque no saben hacerlo. 

Y si salimos a la sociedad... la sociedad ya no puede tutelar los valores que daba la familia, que cultivaba la escuela y que la sociedad subtutelaba. Hoy la mejor imagen de la sociedad, incluso por el mundo laicista y secularizado en el que vivimos, es la de un gran mercado de ideas y de valores; por lo que resulta muy difícil distinguir entre el bien y el mal, entre valores y contra valores. ¡Hay que ver cómo se expresan los chicos!; los chicos no se expresan con términos morales de "esto es bueno" o "esto es malo", sino con términos de satisfacción: "esto me gusta" o "no me gusta". En este contexto es evidente que resulta muy difícil educar. 

Antes, cualquier cosa que hiciéramos en un colegio salesiano era educativo porque el conjunto era educativo. A veces, cuando he querido representar gráficamente ésto, me imagino una mesa de billar, aquí en está gran sala. Cuando se quiere jugar una partida de Pool se pone el triángulo y en cualquier lugar donde se comiencen a colocar las bolas de billar el triángulo se encarga de ajustarlas; tanto que, apenas están, se retira el triángulo y quedan perfectamente ordenadas. Así era la educación hace treinta años; si yo llevaba a los chicos a la misa, si los llevaba a un acto como el que acabamos de asistir, si los llevaba a visitar una barriada pobre, si hacía una campaña... todo era educativo porque el conjunto ayudaba a cuadrar las cosas; hoy no. Hoy ha sucedido exactamente -siguiendo con la imagen del billar- el momento en que con la bola blanca he golpeado las pelotas de billar y se encuentran todas dispersas por la mesa. 

Esto es exactamente lo que estamos viviendo: una sociedad muy dispersa, una sociedad muy fracturada, muy rota, en la que hoy, si yo quiero educar, lo primero que tengo que crear es lo que se llama “Comunidad Educativa”. La “Comunidad Educativa” no es un esnobismo de los pedagogos; tampoco es un esnobismo de los que trabajan en teología práctica, refiriéndose ésta a la pastoral. Hoy nos tenemos que dar cuenta de que si queremos educar hay que tratar de integrar las piezas que se encuentran dispersas. ¿Qué es entonces la Comunidad Educativa? Es que los padres de familia no pueden conformarse con alquilar servicios educativos; no pueden conformarse con decir “yo confío mis chicos o chicas a esta institución salesiana, o cualquiera otra...”. porque la tarea educativa es de los padres, no es nuestra. La tarea educativa es de los padres; por lo tanto, los primeros que tienen que integrarse en esa comunidad educativa son los padres; que entregan lo mejor que tienen en la vida, que son los propios hijos; y a los que quieren acompañar en su proceso de crecimiento y de madurez. 

Hoy un maestro, una maestra, no puede decir “Bueno... Yo tengo que trabajar; en algún lugar tengo que resolver mi problema del salario”. No, porque en el mejor de los casos  -que así fuera- hacemos un flaco favor al chico, a la institución y a la sociedad; un flaco favor a España y un flaco favor a Europa. ¿Por qué?. Porque a mí no me basta simplemente con ser un buen maestro. Yo conocí a un maestro de física y química que decía “Basta con que los chicos estén atentos y el que quiera aprovechar aproveche y el que no quiera aprovechar no aproveche. No, debo conseguir que mi materia sea la más gustada. Tengo que identificarme con un proyecto. No puedo ser el primero en favorecer el darwinismo social en el interior de la clase cuando a la élite la cultivo y al que cada vez está más marginado lo sigo marginando. Como educador salesiano me tengo que preocupar del último sin sacrificar evidentemente el desarrollo de uno que esté dotado y que tenga gran interés. 

Hoy no pueden los salesianos, como titulares de la institución, decir “Bueno, tenemos este colegio... lo hacemos funcionar como empresa....”. Los salesianos no somos empresarios de la educación, somos educadores; educadores por vocación, educadores por misión. Tenemos obras y tienen que funcionar profesionalmente pero no como empresarios de la educación sino como educadores. Hoy “Comunidad Educativa” -decía- no es un esnobismo; es que si no juntamos las piezas que están dispersas, lo que hacemos no es educativo. 

Hoy tenemos que intentar hablar un mismo lenguaje todos los que giramos entorno al hecho educativo. Y al centro de todo esto el joven. Éste es el secreto de D. Bosco; haber puesto al chico al centro de su obra educativa. Interpretó muy bien lo que dice el evangelio cuando, un día, estaban discutiendo los discípulos sobre quién sería el más grande y Jesús hizo un hecho profético: cogió un chiquillo, lo puso en el centro y dijo: “Si no os convertís, si no cambiáis de forma de pensar y no os hacéis como niños no entraréis en el reino de los cielos”. Y Don Bosco hacía igual: ponía al centro de su obra a los chicos. 

Esta mañana yo compartía con mis hermanos salesianos cómo estoy viendo la juventud en Europa. En primer lugar: no se puede hablar de la juventud; se tiene que hablar de muchos tipos de jóvenes en Europa. Existe una élite altamente intelectual en Europa que está aprovechando al máximo todas las posibilidades. Hoy podemos encontrar jóvenes europeos en todas las universidades más prestigiosas del mundo, aprovechando lo que hoy está al alcance de la mano; casi diría ya sin diferencias sociales. Hay otra elite, en cambio por la linea de estar simplemente respondiendo siempre a las solicitudes de la moda; que tienen que vestir de marca y siempre por la ropa, porque creen que de otra forma van quedando un poco marginados o desechados. Una juventud que piensa que su compromiso político puede ayudarle también a alcanzar todo lo que está aspirando como persona. Vienen otros jóvenes que luchan; que luchan por tratar de aprovechar las circunstancias y las posibilidades que tienen; que tratan de aprender a encontrar que la vida puede tener un sentido y tratar de ayudar a descubrirlo. Y encontramos a cientos de españoles jóvenes como voluntarios en América, en África, en Asia. Encontramos otros jóvenes perdidos prácticamente, viviendo espantados, con mucho miedo al futuro, sin saber qué, sin tomar nunca decisiones; yo digo que navegando como un barco sin brújula. Y hay por desgracia también chavales perdidos en el mundo del alcohol, en la droga, en todo tipo de depravación... y hasta en la delincuencia. 

¿Y yo qué hago? Como salesiano tengo que ver inmediatamente cuáles son las necesidades de los muchachos. Y por eso es tan difícil hoy educar: por la falta de motivación, por la desmotivación; por la desmotivación de padres de esta sociedad que deja hacer. Yo os digo: “estáis haciendo lo mejor, que es trabajar por el futuro de Andalucía, de España, de Europa, del mundo”. Eso decía D. Bosco: “Dios me ha dado la parte más privilegiada de la sociedad, que es la adolescencia y la juventud”. Y podemos hacer maravillas, porque los chicos tienen un potencial increíble que quizá hay que ayudar a que descubran. 

Por eso hoy no basta formar Comunidad Educativa; hoy tenemos que tener claridad de proyecto educativo, o sea, volvernos altamente intencionados en lo que hacemos. Pongo un ejemplo. Hoy trajeron chicos de Campano, las Hijas de María Auxiliadora sus representantes, aquí estaba la mayor parte o todo el colegio; si queremos saber si es educativo preguntémonos ¿Que objetivo teníamos con este encuentro con el Rector Mayor? ¿Hacer un acto de reconocimiento al sucesor de D. Bosco?... Bueno. ¿Sacar fotografías?... Pues puede ser folklórico y aparecer ahí... Yo digo: ¿Qué valores quería comunicar?; ¿Qué valores quería ayudar hacer a estos chicos experimentar y descubrir? Porque esto mismo pasa si los llevo a misa, pasa si los llevo a un retiro, pasa si los llevo a hacer una experiencia de voluntariado. ¿Y yo qué valores estoy intentado hacer que el niño descubra? A esto se llama Proyecto Educativo-Pastoral; la intencionalidad educativa. De otra forma perdemos energías y sobre todo desaprovechamos para hacer que estos chicos se conviertan en un elemento de transformación de Andalucía, de Europa y de todas partes. 

Cada vez hay que convencerse de que los pueblos no valen tanto por sus recursos naturales cuanto por sus recursos humanos. Vayamos a Japón; Japón no tiene recursos naturales; prácticamente todo lo tiene que comprar; pero hay que ver los productos japoneses que en todo el mundo se consumen; desde cámaras fotográficas, radios, ordenadores, coches... las cosas más sofisticadas. Porque lo importante son los recursos humanos, no los recursos naturales. Cuando tengo un pueblo bien formado, con hombres y mujeres bien formados, son capaces de transformar un desierto en un Vergel. ¿Queréis ir al desierto del Neget, en Israel, para ver de lo que han sido capaces trayendo el agua desde Galilea hasta el desierto de Judá y transformándolo en un Vergel? E id a Haití, que era la joya de la corona francesa cuando tenían sus posesiones en las Antillas, en el Caribe, y han transformado lo que era un bosque en un desierto, en un páramo. Porque puedo tener leña y pan para hoy y hambre para mañana. O sea, la diferencia no son los recursos naturales, son los recursos humanos. Por eso, lo que tenemos aquí, que son los chicos, son el gran potencial. 

Gracias a Dios España ya dejó de ser un país de emigrantes. Ahora son los de otros pueblos los que están viniendo a España. Y qué pena que a veces tengamos que exportar personas en lugar de exportar productos. Lo cual significa que a veces la historia es así; pero estamos a veces exportando lo mejor nuestro que son nuestros recursos humanos. 

Lo que estamos haciendo en este colegio, en todos los colegios en España, es muy grande, es muy importante. Esta Europa necesitará no solamente alto bienestar económico, no solamente tecnología punta y todo lo que es hoy la parte del conocimiento desarrollado; necesitaremos personas que sepan plantarse con valores de solidaridad, de respeto a los derechos, de una gran capacidad y sensibilidad humana. Anoche decía -no sé si fue aquí qué estábamos reunidos- “Mi sueño es el del Papá: Una Europa donde somos los hombres y mujeres los que le damos el alma espiritual, el alma espiritual de Europa”. Porque si no, una Europa solamente con una visión muy miope de un desarrollo que aparentemente es civilizado pero que nunca trasciende, no tendrá futuro. Una Europa que, como en estos dos mil años, sea capaz de hacer ver el alma que la inspira, que la unifica y que le da identidad, podrá convertirse en un verdadero centro en esta nueva recomposición que se está formando a nivel mundial. Yo comenzaba diciéndoos: os agradezco... Y decía después...os exhorto a valorar lo que estáis haciendo. 

Decía D. Bosco: “Queréis hacer una cosa buena, trabajad por los jóvenes; queréis hacer una cosa muy buena, educad a los jóvenes; queréis hacer la cosa más sublime, abrid a Dios a los jóvenes”. Está en vuestras manos. Gracias”. 

A continuación transcribo el coloquio entre el Rector Mayor y los asistentes.

Encuentro de D. Pascual Chávez, con los Educadores, 2004.05.07; ACSC.

PREGUNTA 1. 

“De parte de los animadores de la casa, del movimiento juvenil salesiano, queremos manifestarle la alegría de que esté con nosotros y queremos pedirle que nos de algún consejo: ¿Cómo ve usted la acción que realizamos entre los jóvenes en Cádiz? Y, bueno, si nos pudiera usted guiar con alguna palabra, algún consejo”.

RESPUESTA. 

Ya decía yo que Cádiz ha sobresalido justamente por el tipo de animadores que ha sido capaz de suscitar a lo largo de la historia, sobre todo en estos últimos 30 años. Que sigue teniendo una presencia, incluso a nivel numérica, muy consistente. Creo que se refiere al movimiento juvenil salesiano. Fortaleced los centros locales de animación de los chicos para evitar llevar adelante una pastoral de fuegos artificiales; de grandes eventos que no son en cambio los que maduran. Los que maduran son siempre las dinámicas de integración, de cohesión, la formación sistemática de los chavales y sobre todo la capacidad de ayudarles a descubrir compromisos y proyectos”. 

PREGUNTA 2. 

“Para mí ha sido una experiencia muy bonita haberle escuchado. Ha dado una lección magistral de pedagogía. Muchas veces reflexiono acerca de nuestra relación con los jóvenes. Pienso que a los educadores, especialmente a los padres, nos falta conexión y comunicación con el joven. Falta cariño y entendimiento. Creo que en esta sociedad tan hedonista, donde cada uno va por libre, donde cada uno hace lo que quiere, nos falta  -a lo mejor nosotros los padres no lo hemos sabido hacer- ese sentido de sencillez, de amor, de cariño, de caridad del que hable el evangelio. Es decir, que hay una fracción, una ruptura entre los educadores - entre los padres- y los jóvenes. Y eso es difícil de subsanar; es difícil llegar a él cuando se le habla, porque en cierta medida el chico va por libre y cree que no se le respeta, que no se le quiere, que no se le aprecia. Esa es mi impresión. Por supuesto, para mí me ha ayudado mucho y me va a servir como padre. Me siento muy unido”. 

RESPUESTA. 

“Yo creo que, efectivamente, el secreto de la educación -lo entendió D. Bosco- era estar en medio de los chicos. La asistencia salesiana no es simplemente el estar en medio de ellos, sino una expresión de cercanía; porque los adolescentes viven en una gran soledad. Yo no sé cuál es el porcentaje de chicos adolescente que se suicidan en nuestros países de Europa Occidental, pero no es indiferente. Y es que no basta, a veces, estar llenos de cosas sin que haya personas que estén cerca de nosotros para escucharnos; para atreverse a caminar con nosotros en la vida; y eso es lo que hace el educador salesiano. Yo necesito evidentemente dar calidad académica; pero si mi primer criterio es solamente la calidad académica estoy mal como salesiano porque favoreceré un darwinismo social. Mi gran tarea es cómo motivar al desmotivado. Mi gran tarea como educador es cómo hacer que este chico encuentre que tiene un gran potencial y que si no lo desarrolla va a ser un problema para él, para la sociedad y va a ser un fracaso de proyecto mal logrado. 

Me vienen a la mente dos películas que probablemente habéis visto y que son muy iluminadoras. La primera es “La sociedad de los poetas muertos”, con todo lo discutida que fue esa película porque sabemos que termina mal. “La sociedad de los poetas muertos” es aquel maestro recién llegado del que se ríen los chicos cuando empieza a dar literatura y desde ésta comienza a ayudar a descubrir el proyecto hombre; entonces se convierte efectivamente en un elemento que va afectando la vida de aquellos chavales. Digo que termina mal porque quiere revolucionar la escuela y se suicida el chico que más ha entendido lo que éste quiere hacer. Como consecuencia resulta expulsado de aquel colegio, como diciendo: la escuela está domesticada. En el fondo es negativo el mensaje porque dice: “No se puede hacer nada y hay que producir hombres para el sistema”. Pero lo que había demostrado aquel maestro era que hasta cuando se chutaba un balón de futbol, había que estar en forma tal de vivir en plenitud cualquier cosa que se haga. Esa es la primera cosa. ¿Cuál era el secreto de ese maestro de una de las materias que quizá eran menos atractivas?  Tomar en serio a sus chicos hasta hacerles gustar aquello y ayudarles a entender que era lo mejor que se les podía dar. 

La otra película es “La vita è bella”, una gran película; porque aquí volvemos a tener a un papá que en un campo de concentración hace que su hijo esté disfrutando como si fuera un juego, con tal de que la vida no lo marque negativamente para siempre y lo deje frustrado. La escena más bonita es cuando el padre ha muerto buscado a su princesa por el megáfono y llega el ejército de liberación. El chiquillo sale y es montando en un tanque -lo que siempre había querido-. ¿Cuál es la frase más hermosa del niño?: “Abbiamo vinto”, “hemos vencido”. ¡Qué bonito que un chico pueda decir “He vencido”!! Pero para esto se necesitan papás que, como ése y como Ella, se jueguen la vida con tal de que sus hijos puedan decir “Mamma, ho vinto”, “Mamá he vencido”. No cuando se nos pierden en la droga, en el alcohol, en la indiferencia, en la delincuencia. Son, por tanto, dos películas que nos dicen dónde está siempre el secreto; y en el fondo es lo que D. Bosco decía: “Haced que el chico realmente se sienta que está al centro de nuestros intereses y de nuestras preocupaciones”. 

PREGUNTA 3.

“Está claro que, en esta inspectoría, la preocupación por los seglares creo que se está haciendo, dentro de las limitaciones, bastante bien; no se considera como rellenar o complementar sino como solidaridad o colaboración; compartir la responsabilidad. Está claro también la pasión de los salesianos por lo jóvenes. ¿Se puede decir que a nivel de congregación se vive con pasión la preocupación por los educadores en general? Con pasión dado que estamos todos en el mismo barco y tenemos a los mismos jóvenes prácticamente. Un proyecto congregacional para los educadores en general; con pasión”. 

RESPUESTA. 

“Creo que la congregación ha dado muchos pasos en esta linea de entender que no eran simplemente colaboradores nuestros sino verdaderos responsables o corresponsables de la acción educativa; y que esto implicaba su formación, su capacidad de darles responsabilidades. Hoy tenemos muchos colegios en los que quienes son directivos de las obras son los seglares, como directores académicos, pedagógicos; prácticamente llevando todo. Después viene el tema de si efectivamente todas las inspectorías tienen la capacidad de un programa de formación a tres niveles que se tiene que dar. Un primer nivel es todo el terreno de la preparación pedagógica. ¿Por qué? Porque hoy está resultando justamente más difícil el trabajo con el chico para todo el proceso de motivación y de acompañamiento. El segundo es la continua especialización. ¿Por qué? Porque hoy nos encontramos con que los chicos, teniendo programas sofisticados en internet, tienen acceso a veces a una información mucho más actualizada que la que damos en nuestras clases; y entonces no podemos desautorizar a nuestros profesores cuando realmente no los habilitamos para poder estar en este nuevo contexto. Hoy se habla de la educación a través de la comunicación -la educomunicación-, que es la unión de educación y comunicación, refiriéndose tanto a los medios de comunicación como, sobre todo, a la comunicación de valores. Y el tercer elemento es la parte estrictamente de identidad salesiana, de pedagogía, de manera que quede asegurada la identidad de la educación salesiana en nuestras obras. Cuando estos tres elementos van bien preparados en los cursos... Y España, por lo que sé, es de los países donde las inspectorías salesianas han hecho un mayor y mejor esfuerzo de formación de sus seglares laicos, de sus maestros laicos”. 

PREGUNTA 4. 

“... En la Inspectoría hace un par de años renovar nuestro plan de evangelización para la escuela; suscitando la dimensión de evangelización y catequesis de nuestro proyecto educativo-pastoral. Una de las opciones fundamentales del plan es creer firmemente que lo evangelizador no es algo añadido a lo educativo sino que forma parte constitutivo de lo educativo; y que no es solo cosa de unos cuantos sino de todos los que nos sentimos educadores cristianos. Quisiera que dijera una palabra en torno a esto que de tanto sonar parece que es una verdad cierta pero que nos cuesta trabajo todavía llevarlo adelante; educamos evangelizando, evangelizamos educando. Me gustaría escuchar una palabra de su parte en torno a esto de cara a nuestra tarea como educadores cristianos”. 

RESPUESTA. 

“Hay que recordar que esta expresión de “educar evangelizando, evangelizar educando” es una expresión acuñada por D. Egidio Viganó, que a su vez la había tomado de Pío XI, que en 1934 había creado la expresión: “La Iglesia civiliza o crea civilización a través del evangelio y evangeliza a través de las civilizaciones”. Creo que efectivamente es así; si el proyecto de educación es auténtico, de un humanismo integral, abierto a todas las dimensiones, la dimensión religiosa necesariamente le lleva a abrirse al evangelio; entonces educa evangelizando porque la evangelización es el origen, la meta de la parte de comunicación de valores trascendentales de los valores y sobre todo de apertura a Dios y a los valores transcendentales. Y viceversa: la evangelización, si quiere ser auténtica tiene que aprender todo lo que sería la pedagogía y todo lo que es la educación precisamente para la comunicación de dichos valores y para poderlos desarrollar. Son dos elementos que resultan inseparables. A esto añadimos que hoy en una España y en una Europa cada vez más secularizada es imprescindible la evangelización explícita, donde ya no es suficiente “decir”. Porque podemos caer en una retórica vacía, en una retórica de frases bonitas sin contenidos; educar evangelizando, evangelizar educando. Yo tengo que saber que significa y darle entonces contenido a estos dos términos inseparables. Y se hacen en la medida en que efectivamente ayudamos a madurar hombres y creyentes que don Bosco definía cuando decía: “Nos proponemos educar al honrado ciudadano y al buen cristiano” ¿Qué significa en este momento de la historia el honrado ciudadano? ¿Cuál es el perfil? ¿Qué significa hoy ser buen cristiano? ¿Cuál es el perfil del cristiano que queremos formar con nuestro proyecto educativo-pastoral?. 

Al mismo tiempo D.Viganó decía “La fe no existe; existen creyentes”. De manera que si soy maestro de física y química no tendré que estar hablando del evangelio para evangelizar. Pero los chicos que saben quién soy y que soy competente y que tengo una visión del mundo creyente se darán cuenta. Habrá además toda la parte de explicitación del evangelio en clases de formación, en experiencias pastorales. 

Entre los testimonios más bonitos que puedo contar de mi experiencia como profesor está el relativo a uno de mis alumnos más brillantes. Es actualmente profesor de física nuclear en la universidad de Princeton en Nueva York. Quería ser salesiano y que yo le aconsejara; y yo dije “este para salesiano no sirve”. Es un gran hombre, muy intelectual, muy inteligente; a los 18 años hablaba el inglés y el francés perfectamente. Después de trabajar cuatro años en un acelerador de átomos en Ginebra, hizo su tesis, y cuando me entregó su trabajo -eran no más de unas 10, 12 páginas- evidentemente no pude leer ninguna de las fórmulas que ponía ahí, aunque yo hubiera sido su maestro de física. Pero la cosa más bonita fue el decir “Te lo vengo a entregar porque me has introducido en este campo”. Entonces le dije “a ver, cuéntame, porque no entiendo ya nada de esto. ¿Cómo sigues todavía creyendo en Dios, cuando te acercas a una lectura del universo como si fuera simplemente un libro hecho de fórmulas matemáticas?”. Me dijo “Porque estudio teología al mismo tiempo. O sea, estudio, desarrollo mi fe, estudio teología. Y me citó autores alemanes que son grandes científicos y teólogos. Entonces, evidentemente, si inicialmente lo que le había motivado era que este gran maestro que no le estaba dando evangelización, era creyente, a él desarrolla y que él sabe que después tiene que desarrollarlo. Es el creyente que tiene una visión distinta de la realidad y es el que tiene que estar en nuestras obras. Y está además la explicitación de la evangelización en todas sus expresiones de información, de celebración, de vida y de espiritualidad. Bien. Gracias”.

INTERVENCIÓN DEL RECTOR MAYOR EN EL PREGÓN DEL CENTENARIO DEL COLEGIO SALESIANO“SAN IGNACIO”, CÁDIZ; A 6 DE MAYO DE 2004. 

Llegada de D. Pascual Chávez a la Casa Salesiana de Cádiz, 2004.05.06; ACSC.

Finalizada la intervención de Dª. Teófila Martínez, D. Pascual Chaves, cerró en acto con unas palabras de Buenas Noches, en la más pura tradición salesiana.

“Comienzo dando gracias, desde lo más profundo del corazón, a la muy distinguida y excelentísima Sra. alcaldesa Teófila Martínez por habernos ofrecido el pregón del inicio del centenario de esta obra de Cádiz. 

Es de agradecimiento a la sra. alcaldesa, a las autoridades de su administración que la acompañan; y está también presente el vicario de la diócesis, miembros de la familia salesiana, de la comunidad educativa, gaditanos y gaditanas. 

En primer lugar, porque ha hablado, como ya la habían presentado, con una cabeza muy bien amueblada; pero sobre todo con un gran corazón, unas grandes convicciones y un testimonio que hace más creíble y elocuente el mensaje dado. Pocas veces -y tengo la oportunidad de viajar por todo el mundo- tengo la gracia de encontrarme en una ciudad trimilenaria, que significa mucho; porque no solamente significa paso de civilizaciones (fenicia, romana, árabe...), sino porque hace entender que la verdadera riqueza de Cádiz es su identidad cultural; y algunos de los bailes y algunas de las manifestaciones de arte que hemos... 

Cuando llegaron los salesianos a España entraron exactamente por Cádiz. Quiere decir que la España salesiana entró por aquí; hasta en ello fue el puerto que dio la bienvenida y la acogida a don Bosco, a su carisma y a su misión. Han pasado ya mucho más de 100 años desde que llegaron los primeros salesianos, aunque estemos celebrando el centenario de esta obra. Y tenemos que reconocer que España supo acoger a don Bosco, que supo acoger a María Auxiliadora y que supo descubrir sobre todo aquellos elementos de que eran portadores. En primer lugar la opción preferencial por los chicos, especialmente los más pobres, abandonados y marginados; el don precioso de la educación y sobre todo el esfuerzo por crear una cultura de la prevención, que hoy va acompañada de la cultura de la recuperación. Mi primera palabra es de agradecimiento a todos por haber acogido a don Bosco, a los salesianos y haberles ayudado a implantarse bien, a sentirse en casa. Y hoy los salesianos son parte de España, son parte de Andalucía, son parte de Cádiz. Sabemos que el carisma se ha implantado muy bien, no solamente porque se ha desarrollado en siete provincias, en más de 2000 salesianos, hijas de María Auxiliadora, cooperadores, ex-alumnos, hogares don Bosco, sino sobre todo porque se ha traducido en la comunicación de aquello de que éramos portadores. Un don y un carisma para los jóvenes que saben que pueden encontrar en cualquiera de nuestras casas puertas abiertas, un corazón que les espera y personas decididas a acompañarles.

D. Pascual Chávez y Dª Teófila Martínez, pregón del Centenario, 2004.05.06; ACSC.

100 años -lo decía la alcaldesa mientras de alguna forma recitaba también la historia trimilenaria y la historia centenaria de la docencia en Cádiz- pueden ser pocos años y pueden ser muchos. En comparación a una historia trimilenaria es poco, pero para nosotros son muchos. Estoy convencido de que hoy Cádiz no se entiende sin la presencia salesiana. Apenas hace 100 años que llegamos y ya formamos parte de ésta historia; y quisiera que pudiéramos contar en el futuro con todo el apoyo que hemos contamos hasta ahora; que pudieran volver a darnos la confianza con que nos recibieron hace 100 años, porque queremos seguir siendo guías competentes y comprometidos de los jóvenes. 

La presencia del rector mayor no es solamente para unirse a la acción de gracias por estos 100 años. Quiere ser la renovación de nuestro compromiso para poder acompañar a los jóvenes en circunstancias totalmente distintas de las de hace 100 años. Ya se nos describía el contexto cultural en que hoy vivimos, el contexto tecnológico, económico, social y político. Pues hoy queremos seguir siendo compañeros cualificados y competentes de los jóvenes gaditanos y con ellos recorrer esta fabulosa aventura de la construcción de la nueva Europa. Hace unos días, Juan Pablo II recibía en Aquisgrán (Alemania) el premio Carlo Magno que ofrecía el parlamento europeo. Cuando tomó la palabra lo que hizo fue presentar el sueño que tiene de la Europa ¿Y quieres ustedes saber cuál es el sueño que don Bosco hoy?... Es exactamente ese sueño de una Europa completamente nueva que surge con toda la riqueza de su historia; pero al mismo tiempo abierta al alma cultural que la ha definido a lo largo estos 2000 años de historia. Una Europa que se convierta cada vez más en un centro de unidad en el mundo entero; a través de la paz, a través de los derechos, a través de las solidaridad, a través de la justicia.

"Buenas Noches" de D. Pascual Chávez,  2004.05.06; ACSC.

Y la forma de poder hacerlo es a través de la cultura. La cultura es para nosotros el hábitat donde nos movemos como un pez en el agua. Somos hombres de cultura y somos hombres que quieren seguir conociendo cultura. De nuevo pues el agradecimiento por estos 100 años de apoyo, de cercanía, de presencia; y de nuevo también nuestro compromiso. A María Auxiliadora le hemos invocado desde el principio y a ella le pedimos que siga bendiciendo sus personas, que siga bendiciendo sus familias, que siga bendiciendo esta trimilenaria ciudad rica de historia y de cultura. Y quisiera en nombre de don Bosco, de la congregación, entregarle a la señora alcaldesa una medalla que es la medalla que da el rector mayor. Es la medalla que tiene en el anverso el rostro clarividente y profético de don Bosco y en el reverso el lema de la congregación y su escudo, donde está trazado nuestro proyecto personal, nuestro proyecto institucional. Quiere ser una expresión de agradecimiento a estos 100 años y quiere ser una invitación también a seguir contando con el apoyo vuestro; siempre para un servicio más cualificado de los jóvenes. Gracias con todo cariño”.

Los textos se han transcrito a partir de un archivo de audio; transcripción realizada por un profesor de la Escuela.

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